Hablemos del Libro de las Tierras Vírgenes

Les acercamos un escrito muy interesante de Akela Martita acerca del Libro de las Tierras Vírgenes.

Mucho se ha hablado de la interpretación psicológica del libro que magistralmente ha escrito Rudyard Kipling y que sirve de ambiente de referencia para los lobatos y lobeznas.
Un poco menos se ha hecho referencia a los antecedentes francmasones de Kipling: es bien sabida su pertenencia a partir de los 20 años a la logia"Perseverancia y Fanfarronería" a la que pertenecerá hasta el fin de su vida. Kipling tratará a menudo en sus libros los temas de la iniciación, la rectitud y del espíritu de grupo que trasciende las castas y los orígenes sociales.

Ultimamente se ha tenido acceso a los borradores del Libro de las Tierras Vírgenes, versiones que nunca llegaron a imprenta y que dan cuenta de una riqueza de personajes que hasta ahora no teníamos noticias y que fueron censuradas por quién sabe que oscura mano.

¿Por qué dejar en el anonimato a otros personajes dela Selva? ¿Sólo Bagheera, Baloo, Kaa, Morg, Mishima, Tabaqui, Akela, merecen que los tengamos en cuenta?

¿Que paso con Kuruki la Zarihuella Coja?: Maestra delarte del origami y la impaciencia.

¿Y Onachicha, el Panda?, Señor de los Sahumerios, Boticario de la Selva, el gordito buena onda que regalaba pócimas.

¿Alguien nombro a Torkalhum?, el bicho cascarudo, agorafòbico, un poco delirante, Gran Maestro de los Còdigos y las Cuentas.

¿Y que podemos decir de Salmuhera?, la rata de campo, hábil para el hurto, amante de la sobremesa y la bananita dolca.

Kuruki representa la contradiccion inmannte dentro del espíritu de todo ser humano, la perseverancia en cultivar un arte milenario como el origami, que requiere de gran concentración y paciencia, y por otro lado la necesidad de salir de la abulia de la autoconmiseración y ejercer la impaciencia que nos lleva en la senda de la superación. Kipling había ubicado a Kuruki como abnegada maestra de los Banderlogs, en una tarea ìmproba.

Onachicha, desde lo ontólogico representa, para el Nobel de Literatura, la autocomplacencia, la autoconsolación erótica canalizada a través de los aromas. La imagen bonachona del animal en extinción desde hace siglos, es presentada junto al oficio del boticario, el profesional que es capaz de ofrecer curas para los males, e iniciar en ciertos placeres farmacológicos a sus elegidos, tan volados como el. Los desorbitados ojos de Kaa, reflejan un acercamiento entre este personaje y el de Onachicha.

Torkalhum, el cascarudo agorafóbico, representa a aquellos seres duros de entendederas, encerrados en su mundo y en sus obsesiones, en este caso los Còdigos y las Cuentas. Kipling lo ubica en el Capítulo 19 sobre el lomo del Búfalo Rama, otro personaje huraño.

Salmuera, imaginada como una simple rata de campo que migra a la Selva en búsqueda de nuevos goces, representa el hedonismo, el gusto por los placeres simples y fáciles que no siempre se consiguen por el Camino Recto. En el cuento de Riki Riki Tavi, Salmuera pelea traicioneramente en el gallinero por unos huevos deliciosos.

Consideraciones de difícil comprensión moral, o la necesidad de acotar el abanico valórico, nos han privado de conocer en profundidad a estos personajes simbólicos que hubieran hecho un aporte mas que interesantes en la formación de las mentes fantasiosas de nuestros infantes.

Por ahora, una muestra de estos símbolos censurados, no los únicos.

Akela Martita