AL TAMBOR NUNCA SE LO LLEVARON, SE FUE

Si, así es, y como quien acostumbra a irse siempre está volviendo. De nuevo estoy de vuelta, soy la estatua del Tambor de Tacuarí puro bronce trabajado por el artista pero con el mismo coraje que traigo desde la historia. Pasé unas décadas habitando la casa de la calle Libertad 1282 de mí Buenos Aires querido, los últimos tiempos prácticamente de portero.

Los Boys Scouts son buenos muchachos pero tienen lo suyo, mucho siempre listo, mucho dejar el mundo mejor que lo encontraron, pero mamita querida. Bueno, me propuse no hablar de ellos en el día de hoy. De alguna manera le debo parte de mi fama como bronce. La cuestión es que un día, cansado de cuanto visitante a la casa prácticamente me ignorara, empecé a pensar en la posibilidad de irme y una noche entre gallos y en medianoche me tomé el buque, o sea encaré Libertad derecho hasta Santa Fé y desde allí sigilosamente hacia la Plaza del Retiro. El amanecer me encontró sentado al pié de la Torre de los gringos degustando unas garrapiñadas que garroneé al pasar a unos muchachos que se quedaron más duros que yo al verme.

Mas tarde crucé a la estación y entre carros y bolsas me colé entre los cartoneros que viajaban en un tren. A esta altura pensé que tal vez no había sido buena idea la de partir pero el viaje fue entretenido tratando de esquivar a los muchachos que me pellizcaban y hacían cuentas de a cuanto me podían negociar en el depósito de metales. De las cosas que tuve que hacer para evitar terminar convertido en terminales para cable tal vez le cuente en otro momento. Lo importante es que las vueltas de la vida me permitieron conocer a quien hoy me honra con su amistad, un verdadero scout, un patriota integro, un ciudadano ejemplar, un padre como los hay pocos, sensible, humilde, apasionado, visionario, recto, ecuánime, inteligente, desinteresado, cambiante, oportunista, ventajero, frío, ostentador, de corta sesera y mal llevado. En pocas cualidades quiero destacar la figura de Silvio "Chacho" Escota que más allá de lo que muchos opinan no pierde la capacidad de sorprender. Y así fue que me sorprendió, cuando a poco de conocerlo me dijo ¿No pensaste en viajar? Esa pregunta para mí fue como un antes y un después en mi vida. Un antes porque estabamos tomando unos mates en su patio y sin pensarlo , mejor dicho, sin esperar a que le responda me vi en la puerta de calle con un bolsito y un cartelito que decía: Que lo disfrutes...!!! Nunca me vi tan alentado a hacer algo. Con tanta motivación emprendí la tarea de viajar y recorrer lugares hasta ese momento impensados. Compartiré con Uds. próximamente relatos e imágenes de mis viajes de aventurero.

No quisiera despedirme hoy sin agradecerle a Chacho Escota por la mano que me dio. Hoy, despuès de tanto camino andado, entiendo su actitud que lo enaltece. Por eso Chacho infinitas gracias por todo. Te dedico un redoble de tambor que es una forma de saber quien soy. Espero que la estés pasando bien en estos días estivales y te escribo pronto.

"Tambi" Tacuarí