jueves, 13 de marzo de 2008

Una de Terror


Hola Amigazos estamos de vuelta, y con un relato "caramba". Seguro que todos los que leen este blog, que son scouts viejos y con un espíritu de hierro, se aferraran a la ley scout para decir, "el scout es valiente" para asegurar que nunca les entro miedito alguna noche de campamento...no estoy tan seguro, si se le habran aflojado las tabas ante alguna luz mala.
A ver animense a leer lo que sigue, pero ojo...con la luz prendida
.


El ziiippp del cierre de la carpa fue el ultimo sonido que escucho, posterior al atronador grito de ¡¡¡SILENCIOOO!!!, que profirió el Jefe de Tropa, sin lugar a dudas toda una contradicción, como tallar la frase “cuide la naturaleza” en la corteza de un árbol en pie, otra de muchas de sus contradicciones, pensó Marcelo.
Vio atenuarse la luz del sol de noche alejándose de la zona de acampe destinada para la Tropa, ahora todo era oscuridad, quiso recomenzar la conversación con su guía sobre por que Batmán no podía volar y si el único súper poder que tenía era su dinero, pero como el guía era un obsecuente recibió como única respuesta un SHHH.
Si la linterna de porquería no tuviera tan poca pila, podría leer Condorito dentro de la bolsa de dormir, temía que no prendiera si necesitaba salir para orinar, probó leer con la lucecita de su reloj Casio digital, regalo de su Madrina Estela, pero fue imposible.
Necesitaba hacer algo para no ponerse a pensar en “eso”.
“Eso”, era la historia que le había contado su abuelo Marcos, oriundo de Monte, lugar donde se hallaba de campamento, historia que se desarrollaba precisamente en el mismo convento de monjas donde ellos acampaban.

* * *

La leyenda o historia, a veces esa definición es muy subjetiva, contaba que en Monte se hallaba la estancia de Juan Manuel de Rosas allí se pertrechaban y entrenaban las milicias comandadas por su lugarteniente “El Carancho González”, en la milicia mazorquera había un sargento que se destacaba por su fiereza y valor, Anastasio “Trifulca” Méndez.
Trifulca era, talvez, el mas alto y fornido de todos los soldados a cargo del Carancho González, por eso y por su gallarda apostura, había recibido los favores, de una hermosísima china, que oficiaba de criada para el caserón del Gobernador, Tan atrayente era la hermosura de la Dalmacia Guerrero, que hasta el mismísimo Carancho González estaba secretamente enamorado de ella.
Al enterarse el Carancho de la relación que unía a Trifulca con Dalmacia, se apodero de él una ira incontrolable, debía sacar de en medio a su subordinado.
Recurrentemente mandaba a Trifulca a las misiones mas arriesgadas, casi suicidas, de las que el Sargento siempre salía airoso, esto hacia aumentar su prestigio ante la tropa y en forma proporcional aumentaba también el odio que le tenía el Carancho.
El valeroso soldado fue recelando de las intenciones de su Jefe, pero sin adivinar cual era el motivo.
El Carancho dejo de lado toda sutileza y sabiéndose impune por el favor del Gobernador, decidió tender una emboscada a Trifulca, conchabó a cinco matones y lo envió a hacer una tarea de rutina, arrear unas vacas que estaban en un vado cercano especialmente engordadas para carnearlas, ante la visita de Rosas y su familia, como buen hijo de arriero partió con su lazo, el facón y un trabuco naranjero con el percutor arruinado por los ladinos.
Las reses estaban, disimuladamente atadas, en un claro, ocultos detrás de los árboles que rodeaban el lugar estaban emboscados los matones.
El primer disparo sorprendió a Trifulca y lo alcanzo en el hombro, de todas maneras notó que los animales no huían por estar atados, comprendió, rápidamente comprendió, que se trataba de una agachada del Carancho González.
A un porrudo lo entrevió agachado en un yuyal apunto el trabuco pero el disparo no salió, pensó rápido y prendió fuego los pajonales secos, la quemazón se extendió rápidamente, se escurrió entre las vacas ya liberadas que huyeron del incendio, fuera de la vista de sus enemigos los acecho y eliminó a cuatro de los matones, el quinto le disparó entre la humareda. Juró una y mil veces que lo vio caer muerto entre las llamas, mas el cuerpo de Trifulca nunca apareció, lo ensuciaron como espía de los unitarios, aparecieron unos patacones entre sus cosas para darle credibilidad insuficiente a la mentira, la Dalmacia se hizo monja en el convento de Nuestra Señora de la Piedad.
Cuenta la leyenda, o no, que un espectro con vestiduras coloradas de Mazorquero rondaba el lugar, los emisarios que mandaba el Carancho para convencer a la Dalmacia para ser su hembra, siempre aparecieron muertos en circunstancias muy extrañas, ahorcados por un lazo, manejado sin duda por la mano de un arriero experto. El Carancho nunca pudo llevar a su cama a la mujer de sus desvelos, lo que sí llevaba a la cama, además de sus desvelos, era un revolver que descansaba bajo la almohada. Se cuenta que ante el temor de ser ahorcado mientras yacía en la cama, dormía con sus pies hacia el cabezal, como para tener alguna oportunidad ante el lazo del Trifulca.
¿Habrá muerto? ¿será un espíritu que vaga por el campo con sed de justicia?, lo cierto es que el abuelo de Marcelo le contó que aún hoy se sucedían apariciones misteriosas en torno al convento y cuanta muerte inexplicable andaba cerca era atribuida a la mano del Mazorquero Justiciero.
* * *

El silencio y la oscuridad lo cubrieron todo,, Marcelo creyó que recordar la historia contada no había conmocionado su tranquilidad, hasta que escucho aquel ruido, quiso convencerse que era el viento, pero era muy localizado, se escuchaba cerca del fondo de la carpa, se sintió afortunado de su condición de pie tierno, en consejo de patrulla habían determinado, que las posiciones en la carpa se iban a mantener igual que en la formación, la discusión se había originado por los terribles ronquidos, amén de otros ruidos y olores, producidos por Nicolás subguia de los Castores, desde luego todos queríamos dormir en el otro extremo.
Prestó mas atención pero no logró distinguirlo nuevamente,... volvió a cerrar los ojos y sobresaltado escuchó algo parecido a un murmullo, algo así como una letanía ¿o sería el ulular del viento?, decidió restarle importancia, de última sabia que correría la misma suerte que el resto de los chicos de la patrulla, mal de muchos consuelo de tontos que le dicen, pero... también pensó que podría dar una alerta temprana que pudiera salvar al menos alguna vida, si es que se tratara del espíritu del”Trifulca”, se recrimino en la oscuridad de la carpa por estar pensando en esas cosas.
El agua en los campamentos, sobre todo en los primero días, suele ser causal de alguna que otra corredera. ¿Serian los nervios la causa de esos retorcijones?, pero desgraciadamente confirmó que el olor procedente del interior de su bolsa de dormir, solo presagiaba una marea incontenible de...
Reflexionó sobre si era posible hacerse caca dormido o si era posible dormirse aún haciéndose caca, ni el huevo ni la gallina, debía ir al baño.
Mientras se ponía apresuradamente los pantalones su mente recorría apresuradamente por el relato de su abuelo, por la linterna de porquería con poca pila, por el ruido aquel, ¡Dios mío el ruido!. Recién allí cayo en la cuenta de que afuera estaba “el ruido” y el dueño de ese ruido, no aguantaba más, tomó coraje y papel higiénico, no pensaba alejarse mucho entre la maleza haria lo suyo y lo enterraría con una pala, aunque internamente pensó en la pala como un arma de defensa.
Salió a encontrarse cara a cara con sus temores, era una noche clara y despejada, caminó varios metros hasta unos matorrales, llegó con lo justo, al levantar la vista después de enterrar sus desprolijidades, percibió una sombra que se desplazaba entre él y las carpas de la Tropa, el corazón trepó hasta su garganta sentía latirle la cabeza, emprendió una loca carrera en sentido opuesto internándose aun mas entre los yuyos después de unos segundos volvió a escuchar esos murmullos, algo parecido a una carcajada histérica llenó el aire, a través del follaje de un árbol distinguió unas vestiduras rojas “punzó”, ¡¡¡Madre Santísima!!! era “El Trifulca que lo observaba desde un árbol, emprendió otra vez su alocada carrera ciego de terror, la palabra “mamita” salía de su garganta en forma de un agudo silbido... de repente el lazo mortal del espíritu mazorquero se ciñó sobre su cuello volteándolo sobre su espalda, se revolvió pataleando por su vida lanzando golpes en la oscuridad con la pala que aún apretaba entre sus manos, ahora la palabra “mamita” se transformó en una serie de insultos que salían de su garganta como un ronquido apagado, de repente se sintió liberado del lazo, llegó sin aliento hasta su carpa, sin aliento, sin color y sin esperanzas, imposibilitado de hacer o decir algo solo atinó a esconderse dentro de la bolsa de dormir...
El amanecer lo encontró abrazado a sus rodillas, con ojeras y la cara desencajada, lo rodeaba un fétido olor, habían vuelto los retorcijones y las ganas imperiosas pero no pudo mover un músculo para evitar la desgracia, al despertarse el Guía y comprobar el origen del olor y no poder arrancarle ni una sola palabra corrió a dar aviso al Jefe de Tropa.

* * *

- Marcelo, te repito por enésima vez, los ruidos y las sombras de anoche, si existieron pero era una ceremonia que hacían los muchachos del Clan, la marca de tu cuello, también y si la hizo una soga, pero era la soga donde tenían colgada la ropa las chicas de la Cabaña, que por cierto no son el Trifulca ese, pero si te agarran la vas a pasar mal.

- ¿Y el que estaba vestido de rojo? ¿quién era? ¿Caperucita, eh?

- No Marcelo, ya te lo dije los chicos del Clan en sus ceremonias siempre izan la bandera de la rama que es “roja y fue eso lo que viste entre las ramas de un árbol.
Tranquilizate, te aseguro que los espíritus no existen, a todos nos pareció ver o escuchar algún fantasma en nuestro primer campamento. Así que aclarado el tema andá con tu Guía que te va ayudar a limpiar tu bolsa de dormir y después pasa por la enfermería y pedí una pastilla de carbón, dale andá.

* * *

- ¿Que hacés “Loro Tieso”?, ¿te gustó tu ceremonia de totemnización?

- Soy “Loro Erguido” nabo, y si me gustó están muy piolas las ceremonias del Clan.
- Y eso que no pudiste hacer la parte del juramento, este Gordo Gil...como se va a olvidar la bandera en su casa.....